La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








lunes, 14 de mayo de 2012

Se me repite

Creía que las interminables noches de inundaciones hacían terminado. Pero han vuelto y yo sigo con mi barca hecha añicos.
Añicos del miedo que ha enraizado en los cimientos de lo que aún considero nuestra casa. El miedo y la inseguridad... y por tanto, la mentira. Ahora todo se me llena tanto de mentira que hasta se desborda de mis pestañas. Todo lo que una vez creí ya no son más que palabras que no dejan marca de ninguna boca sobre la mía, de ningún latido que escuchar... Quizá es el miedo al fracaso. Otra vez. Y esa eterna pregunta retumbando donde nadie más puede entrar, chocando y rebotando contra las paredes de mi cabeza, rompiendo todos los cristales por donde antes entraba la luz...
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? 

¡Devuélveme todas estas lágrimas!.
Devuélvemelas, pero hazlo solo en forma de besos y abrazos suaves... que se están convirtiendo en carámbanos de hielo punzantes.


Devuélvemelas... porque todas ellas están perdiendo su identidad en este mar oscuro sin estrellas.

:-)

Qué fácil es sonreír cuando nadie ve tus verdaderos labios.

Que al final, las cosas que se nos quedan, esas que más pesan, son precisamente las que nos faltaron por decir y hacer.


Creo que me apetece ahogar lágrimas en una ducha de agua bien fría. Fría, fría... 
Para no notar la diferencia de temperatura entre mi cuerpo y...

sábado, 5 de mayo de 2012

Susurro de estrellas

El contador de segundos avanza y aumenta su cifra haciendo cada vez más evidente la ausencia de un latido, que de lejos, ya no se oye.

Entonces, cuando ya se había hecho muy pequeña, cuando casi se había rendido a Morfeo, rogó.

Vosotras, que cubrís todo con el mismo cielo. Brillad mucho y llamad su atención.
Susurradle al oído y acariciad sus pestañas. Contadle que me M. quiere atrapar y no sé cuánto tiempo más seré capaz de soportar el peso de mis párpados (y la carencia de sus besos). M. dice que puede hacerme soñar y que en el mundo de los sueños todo es posible. Creo que miente. En cualquier caso, un sueño inventado siempre será mejor que una realidad vacía. Eso es. Contadle que aunque me deje abrazar, estoy pensando en él. De hecho, si me voy, podré inventar los besos que no tengo. ¡M. secuéstrame y llévame a tu mundo! Podré crearle y llenar el hueco que tengo ahora en el pecho. Decidle, estrellas, que me voy para llenarme de su sonrisa, de su mirada. Que me voy para llenarme de él.
Y, una última cosa más. por favor... Decidme que él también estaba pensando en mí.

Cerró los ojos y se dejó abrazar por el Dios del sueño.