La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








jueves, 11 de agosto de 2011

Y podría...

Podría haberte llamado descerebrado, inconsciente, idiota, imbécil, estúpido...
Podría haberme puesto dramática y contarte que tu vida existe de pura casualidad por toda una historia, por arte de magia quizá, en un planeta perdido en yoquesécuál galaxia, por un proceso de evolución impresionante, por la sucesión de generaciones de raza humana, por la voluntad de dos personas, por el encuentro fortuito entre dos células, por el trascurso de nueve meses...! ¡Podría haberte gritado que pudiste estropearla en menos de un segundo!
Porque en cero coma dos milésimas todo aquello y mucho más se me había pasado ya por la cabeza.
(Sabes que lo mío es predecir el futuro. Y equivocarme.)

Podría haberte llamado descerebrado, inconsciente, idiota... pero sólo salió de mi boca ese último "idiota..." si es que la palabra alcanzó el aire... porque lo único que era capaz de pensar era que estabas bien.


A fin de cuentas, sólo hicieron falta un par de palabras y una tirita.

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