La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








jueves, 16 de septiembre de 2010

Gritos de silencio

Como un grillo de la suerte encerrado... Saca sus antenas entre las rejas para ver el Sol... Sí, sabe que sigue ahí. Pero se desespera esperando sentirlo.

Generalmente escucha... porque le da miedo hablar.
Pocas veces lo hace, y cuando lo hace, desgarra.

El repiqueteo de sus dedos en la mesa acompaña. Sus ojos verdes se esconden tras las cortinas... No quieren ver el desastre que se avecina.
Sus labios se disfrazan de sonrisa y comienza el espectáculo.

Los sentimientos se agolpan en las paredes de su corazón, y a cada latido se esparcen por cada vena...
Susurros salen de su boca. Poco a poco. Algún espectador anima la sesión y ciertas palabras se acumulan y salen a trompicones...
Le tiembla la sonrisa. Su voz se entrecorta y carraspea. Colapso emocional...

Pero no llora ni una lágrima...
Está tan rota que ni siquiera puede llorar... Deseé abrazarla entonces. Y aún lo deseo. 
Se hizo dura, de palabras cargadas de desprecio. 

Y poco más conseguimos escuchar...   Porque prefiere no hablar  y no hacer daño. Quizá tampoco solucionaría nada... o eso hace creer.

Pero tranquila cielo... Porque allí todas pudimos oír cómo gritabas a golpes de silencio...




1 comentario:

  1. :)..esa historia ya me la se de memoria..ella es asi sin decir nada lo dice todo

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