La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








domingo, 5 de septiembre de 2010

Asume las consecuencias

Jugué.
¿Te arrepientes?
Lo siento chica. Esta vez no te arrimaste a la sombra de un buen árbol.
¿Y qué vas a hacer? Sólo jugabas a mentir... No puedes sentirte utilizada porque sólo era un juego. Un juego de mentiras. Y tú aceptaste las reglas desde el principio.

Es por eso que no me arrepiento. Hice lo que me apetecía. Acepté entrar en su juego, inventarme una vida y creer su vida inventada.
Asumo las consecuencias.
Quizá si hubiese sabido la verdad desde un primer momento, no habría movido mi ficha de la casilla de salida.
Sentirse idiota no sirve de nada ahora. Sabías que no sabías nada. Y aún así, jugaste...
Ahora el juego se ha acabado... pero él sigue tirando los dados... Ese sonido de los dados al chocar me molesta... Y lo hace cada vez más... Es irritante...
Si ésto continúa acabaré por derribar el tablero y pisar las fichas que rueden por el suelo.
Game over, baby...


Ahora toca desmentir ese juego de mentiras...



...
¿Te arrepientes?
No. Sólo asumo las consecuencias.



Alguien susurró: No te sientas idiota por un idiota...
Y me hizo sonreír

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